Mi homenaje al emperador amarillo – Enzo Cozzi en Huangdi Ling 13 de junio 2011

El Emperador Amarillo es, de todos los emperadores chinos, legendarios o no, aquél a quien más se le debe culturalmente. No es casualidad que legiones de líderes chinos que han venido después, hayan sentido necesario hacer el viaje a su mausoleo a rendirle homenaje. Eso desde Qin Shi Huang, el primer emperador Qin y primer unificador de la nación en 220 AC (el de los guerreros de terracota) hasta Mao Zedong (Mao Tse Tung) y Deng Xiaoping (el autor de las reformas que están poniendo a China en el liderazgo económico mundial).

Sólo el hecho de que se le atribuyan una serie de libros claves de la cosmovisión china, en su aplicación a diversas disciplinas, desde el famoso Clásico de medicina interna del Emperador Amarillo hasta el recientemente descubierto (en Mawangdui 1973) Cuatro clásicos de política del emperador amarillo, ya habla de su notable importancia cultural.

Y para el Feng Shui también tiene capital importancia, pues se le atribuye uno de los textos formadores de esta disciplina, el Clásico de las residencias del emperador amarillo. Nosotros tenemos ese libro en su versión china antigua, lo hemos tenido por años, comprado por mí en un mercado persa en alguna ciudad china que ya no recuerdo, y ha sido un enorme soporte en nuestra docencia.

Ha resultado ser también un libro fundamental en ayudarnos a validar, desde los propios textos clásicos chinos, la necesidad de adaptar el Feng Shui al Hemisferio Sur. Por eso Sylvia Galleguillos lo cita más de una vez en su libro best seller Feng Shui en el Hemisferio Sur y lo volvemos a citar después en nuestro libro coescrito con ella, La cosecha dorada. Feng Shui en la empresa y organización.

El respaldo de libros clásicos como ese, cuya autoridad para la disciplina no está en discusión, ha sido un verdadero pivote para nosotros. Sobre todo porque las voces que se han opuesto a las adaptaciones del Feng Shui al hemisferio sur (que por estos días ya son menos, y menos estridentes, en todo caso) han sufrido siempre de una manifiesta incapacidad de fundamentar sus objeciones en los textos clásicos chinos. Eso por la sencilla razón de que es la propia cosmovisión clásica china la que respalda la necesidad de hacer esas adaptaciones a nuestro hemisferio sur, y por ende todo libro que exprese con autoridad esa cosmovisión, como este clásico del que estoy hablando, nos respaldará.

El ejemplar que desde hace tiempo tenemos del Clásico de las residencias del emperador amarillo está en la versión china antigua, como dije. Eso significa que es parco, críptico, bien enigmático, sin comentarios aclaratorios de ninguna especie. Son veinte o treinta páginas de caracteres en chino tradicional, ordenados en columnas que se leen de derecha a izquierda. Nada más. Leerlo asì en bruto es un tremendo desafío, que me ha hecho quemarme las pestañas por semanas enteras sonsacándole sus sentidos.

Comprenderán entonces mi grata sorpresa, cuando lo encontré hace sólo tres semanas atrás en versión china moderna, con profusas explicaciones, ilustraciones y comentarios, en la librería de un pequeño aeropuerto como es el de Dunhuang en Gansu, mientras esperaba vuelo a Xinjiang, en los días iniciales del viaje en solitario que he estado haciendo tras las huellas de Marco Polo por la Ruta China de la Seda (y que pueden seguir en mi blog personal, si les interesa conocer más acerca de la China más profunda y desconocida en nuestro país: www.enzocozzi.com.

Huangdi Zaijing - Clásico de las Residencias del Emperador Amarillo en versión china moderna, portada y página con ilustraciones de Tian Gan, los 10 vástagos celestiales

Huangdi Zaijing - Clásico de las Residencias del Emperador Amarillo en versión china moderna, portada y página con ilustraciones de Tian Gan, los 10 vástagos celestiales, mostrando claramente su lógica basada en los ciclos del reino vegetal

Era bien gordito y pesado el volumen, con docenas de tablas e ilustraciones. Parecía una locura comprarlo al inicio de un viaje para el cual me había propuesto llevar sólo una mochila liviana y nada más. Pero no podía dejar pasar la oportunidad. Así que, con algo de aprensión por mis espaldas (que a la postre resistieron bien), lo sumé a mi mochila.

Y no me he arrepentido. Lo he disfrutado en ratos muertos por aquí y por allá, y ha sido maravilloso ver cómo el autor de la versión moderna te va introduciendo primero el libro, y te va explicando después cada línea, con completa exhaustividad. Es de una didáctica y claridad extraordinaria.

En lo personal, leer esta versión moderna para mí ha sido un lindo espaldarazo, un voto de confianza en mis recursos y en mi manejo del idioma tradicional y de la cosmovisión china antigua. Porque párrafo a párrafo he ido viendo confirmadas mis lecturas, mis interpretaciones, y también probadas como ciertas mis conjeturas, allí donde el texto era demasiado ambiguo y difícil de desentrañar. Ha sido grato ver pasar por esas páginas todos los postulados claves en los que tanto insistimos con Sylvia Galleguillos para el Feng Shui y la arquitectura clásica china: el rol de primera importancia de los ciclos de la naturaleza, de los ciclos vitales de las plantitas, de las estaciones del año, de las direcciones del sol para establecer las posiciones de las aspiraciones humanas y del destino, de los trigramas del Houtian Bagua, de los Vástagos Celestiales, etc, en la rosa de los vientos.

No sólo es grato, sino también bastante importante para un investigador y docente, como quién esto escribe, que una explicación auténticamente china (es decir escrita por un intelectual chino de la República Popular, en idioma chino y para lectores chinos…) de un texto tan importante como el Clásico de las residencias del emperador amarillo, te dé tan claramente la razón en tus propias lecturas e interpretaciones. Porque eso genera confianza y seguridad entre nuestros estudiantes, confianza de que les estamos enseñando bien, con dominio de nuestro tema, y bebiendo directamente desde las fuentes chinas.

Todo eso me puso tan contento y animoso, que, de vuelta ya en Xi’an, tras mis tres semanas viajando por la ruta china de la seda (para mí volver a Xi’an – hermosa ciudad que conozco bien – tras haber andado por aquellos parajes tan lejanos y esos desiertos tan inconcebibles, ha sido casi como volver a casa…) me animé a hacer algo que antes nunca había hecho. Y eso fue subirme a un bus interurbano para hacer el viaje de 250 kilómetros hacia el norte de la provincia de Shaanxi, e ir a visitar el remoto mausoloeo del Emperador Amarillo, Huangdi Ling, y allí rendirle mi homenaje.

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Me costó llegar. Dos horas deambulé esa mañana por Xi’an buscando el paradero del bus a Huangdi Ling. El mausoleo es tan poco conocido que dos veces me mandaron tras pistas falsas. Finalmente, un señor ya casi anciano me llevó al lugar correcto, en una moto más anciana que él, por 20 yuanes. Normalmente no me subo a esas motos pues las manejan con mucha imprudencia y tienen fama de letales. Pero aquella había sido enviada del cielo.

Así que después de todo, pude llegar a Huangdi Ling. Un poco tarde, pasadas las 2 PM, sin mucho tiempo ya para recorrerlo, pero igualmente emocionado de haberlo logrado y estar allí. Y conmovido también con los viajeros chinos (occidentales ninguno, pero ya me he acostumbrado a la ausencia de viajeros occidentales a poco que uno se meta en la China profunda) yendo allá, no en una vena turística, sino espiritual. La mayoría de los visitantes a mi alrededor estaban allí rindiendo homenaje, quemando inciensos, haciendo venias y reverencias, tanto en grupos como individuales.

Siempre he sido medio reticente, pudoroso y poco dado a intrusear en rituales que no sean los de mi propia cultura. Sin embargo, en medio de aquella atmósfera de genuino homenaje y recogimiento, como yo también sentía que tenía mi propio homenaje que hacer, me fue fácil comprar mis inciensos, sumarme e imitar lo que veía hacer a los demás. Y un señor allí presente se sorprendió tanto de verme, que se puso a filmarme, y en vista de eso, cuando creí haber terminado le pedí si volvería a filmarme, pero con mi propia cámara esta vez, para poder quedar con mi propio registro. No sólo accedió, sino que además me corrigió los errores que me había visto cometer en la primera pasada, entrenándome paso a paso en las acciones correctas antes de volver a filmarme.

Hacía tiempo que le estaba debiendo ese homenaje al Emperador Amarillo. Tan importante ha sido, como ya he dicho, su figura no sólo para nuestra docencia en Feng Shui, sino para afianzar nuestras indagaciones sobre la antigua cultura china y su cosmovisión. Y como premio, creo, a la iniciativa de haber por fin ido allí a pagarle mi deuda, es que el cosmos me concedió una experiencia trascendente, redondita y sin par en el mausoleo de Huangdiling, a tres horas de Xi’an. Todavía se me entibia la zona del esternón al recordarla.

(Si te interesa ahondar más en la cultura y cosmovisión china puedes ver los relatos de mi viaje de Mayo Junio 2011 a la ruta de la seda en mi blog: www.enzocozzi.com)

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