Asesorías de Feng Shui del Amor de Sylvia Galleguillos: Flor de la Peonía y Flor del Duraznero

La Flor de la Peonía y la Flor del Duraznero son mis dos asesorías de Feng Shui del amor. Están basadas en antiguos secretos ancestrales de la cultura china y van dirigidas tanto a encontrar como a perpetuar el Amor. Ambas son asesorías rituales, donde la persona debe invocar, bajo mi guía, ciertos principios espirituales arraigados en su propio inconsciente y que le vienen desde sus ancestros femeninos, en unas ceremonias tan íntimas como hermosas. El ritual de la Flor de la Peonía va dirigido a incentivar el nacimiento del amor y el hallazgo de la pareja. El ritual de la Flor del Duraznero va dirigido a proteger y estabilizar la relación de pareja ya establecida.

Grandes son los torbellinos

Del otro lado del río,

Y mayor aún es el regocijo.

Varones y damas ansiosos de unirse

Se intoxican con regalos de peonías

Shijing (Clásico de las odas) 95, “Zhen wei” (“Los dos ríos”)

¡Qué ternura la del duraznero!

¡Qué fulgurantes sus flores!

¡Qué prematura su muerte,

La del duraznero, en flor fulgurante!

Ya de medianoche volverá ella

A ocupar el aposento que le corresponde.

Shijing 6, “Tao yao” (“La ternura del duraznero”)

Inmemorialmente, para la cultura china la flor de la peonía ha simbolizado el milagro intoxicante de la pasión amorosa cuando está recién despuntando. Con esta flor se celebran los regocijantes (y también lleno de zozobra) momentos del despertar del amor y de su primera consumación.

Por su parte, la flor del duraznero ha representado para ellos la no menos milagrosa capacidad que tiene la relación amorosa, si es cultivada sabiamente, de perpetuarse en el tiempo. Cada primavera, con el retorno de esta hermosa flor, se celebra en China el poder del amor de renacer y volver a fundarse, por más que parezca morir y por más avatares que pase.

Eso ha sido así desde épocas ancestrales, perdidas en la noche del tiempo, tal como testimonian los dos poemas del Shijing que cita más arriba, donde esas dos flores aparecen claramente, y en una época remota y arcaica, jugando ya esos respectivos papeles, y de ahi sus dos roles en el Feng Shui del Amor.

Claro que esas dos flores no han sido meros símbolos para la cultura china, sino que expresiones vivas de la fertilidad y la potencia recreadora de la naturaleza. Por eso, y también porque evocan las formas y los colores de la genitalidad, es que han prestado el servicio, a través del ritual, de ayudar a estimular, desencadenar y consumar el encuentro amoroso y la consiguiente fertilidad (la flor de la peonía) y a consolidar y guiar la relación amorosa ya establecida (la flor del duraznero).

Esos dos servicios siempre van a expresarse de maneras rituales distintas. Puesto que la ritualidad de la Flor de la Peonía va dirigida a incentivar el nacimiento del embrujo amoroso y el hallazgo del otro, de la pareja, en toda su espontaneidad y sorpresa, se la cultiva en un talante alegre y festivo (pues así ese fortuito hallazgo tiene más chances, y nada atrae más que la alegría) así como en atmósferas místicas, misteriosas e íntimas; su espíritu debe ser daoísta, desbordante, centrado en el cambio, místico e intuitivo.

Mientras que, por buscar proteger a un amor ya nacido, a la ritualidad de la Flor del Duraznero en el Feng Shui del Amor le corresponde más fomentar en la relación de pareja normas de conducta límpida, estable y apropiada, cosas más próximas al confucianismo y sus ideales de corrección y respeto del otro, que a la exuberancia del daoísmo.

De estas dos asesorías de Feng Shui del Amor, la que más me solicitan es la de la Flor de la Peonía y es aquella en la que he acumulado más experiencia (quince años). Mis experiencias con ella han sido uniformemente exitosas; poco o nada he conocido el fracaso.

¿Y cuál es el secreto del éxito?

El secreto de la eficacia del ritual de la Flor de la Peonía está en entender la relación profunda que hace la cultura tradicional china entre el amor y la fertilidad. Lo que hay que aprender es a movilizar, en apoyo de quien se halla necesitado de amor, a todo su linaje ancestral, y específicamente a sus ancestros por la línea mujer – ya que ese poder no conoce de límites. Porque, ¿qué ayuda puede haber, más poderosa que la de esa infinita línea de mujeres perdida en el tiempo, gracias a cuya fertilidad exitosa estamos, cada una de nosotras(os), aquí?

Sylvia Galleguillos

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