Las gentes de las casas mirando hacia el norte, o ¿una preeminencia del Feng Shui hemisferio sur?

Hola a todos.

Bien, aquí viene mi prometida respuesta a la segunda pregunta que me hiciera un visitante hace unas semanas acerca del tema del Hemisferio Sur. Si aún no has leído mi respuesta a la primera de ellas, te recomiendo hacerlo antes de seguir haciendo click aquí

Repito la consulta de nuestro visitante:

“Enzo, ¿sería tan amable de decirme en qué texto clásico de astrología Ba Zi Usted encontró que los signos anuales son diferentes en el hemisferio sur? ¿Y qué hacemos los que vivimos muy cerca de la línea del ecuador?”

La que sigue es mi respuesta a la segunda interrogante: «¿Qué hacer en las regiones ecuatoriales y tropicales?»

Este es un tema que he abordado en el pasado, hará ya unos buenos diez años, ocasión en la que hiciera algunas tentativas propuestas al respecto. Tentativas, porque como explicaba entonces, son los propios habitantes de esas regiones los llamados a dilucidar aquella cuestión, haciendo sus propias observaciones de su cosmos y naturaleza. Pues no otra cosa es el Feng Shui, tal como nos señalara ese maestro magnífico llamado Guopo, que dedicó más de la mitad de su libro fundador del Feng Shui a enseñarnos, caso por caso, el arte de observar (¡observar!) los significados de cielos, montañas y cursos de agua.

Asumí yo por entonces, de buena fe, que la pregunta cargaba una genuina inquietud por explorar aquél tema. Pues la inquietud es legítima. Quienquiera que, por ejemplo, se acerque a estudiar el compás luopan, ese extraordinario mapa, reloj y calendario celeste, con la necesaria competencia linguística (para comprender los signos originales) se da cuenta muy pronto de que fue una herramienta diseñada para funcionar en latitudes temperadas y no en las regiones ecuatoriales. ¡Con razón, pues China no llega hasta allá!

Nosotros ya para entonces habíamos hecho nuestra pega en el hemisferio sur y producido nuestro propio luopan, inspirado de cerca en el original, ayudados por el hecho de vivir también en latitudes temperadas. Pero cómo hacerlo en las regiones ecuatoriales seguía siendo una real incógnita.

Sin embargo, sintiendo después que no había tan genuino interés por el lado de los preguntadores en ver investigado seriamente el asunto, que su intención era más que nada polémica y ni habitaban siquiera en esas regiones, archivé el tema. No estaba para bizantinos debates acerca de tierras que no eran las mías, presididas por cielos que ni siquiera podía observar. Preferimos con Sylvia Galleguillos quedarnos con las vastas pizarras de los cielos chilenos y los cielos de China, sificientemente exigentes maestros que tenían todavía tanto que enseñarnos.

Enzo Cozzi con reverso de Luopan tradicional chino (dinastía Qing) - el cielo del hemisferio norte

El cielo del hemisferio norte cartografiado en el reverso de un Luopan chino (dinastía Qing) de nuestra colección

Mucho nos han enseñado estos y aquellos cielos en estos años a Sylvia y a mí, y también mucho hemos aprendido, en el intertanto, de la historia y filosofía clásica chinas. Y es desde nuestra mayor familiaridad con esos textos que ahora me atrevo a levantar una nueva hipótesis o sugerencia acerca del tema, tan tentativa como las de hace diez años. La levanto más que nada por lo sorprendente y sugestiva que es, por su entusiasmante capacidad de movilizar la curiosidad intelectual. Y porque esta vez la pregunta me ha sido dirigida con urbanidad, por alguien que sí habita en las regiones ecuatoriales.

Hay un interesante leitmotiv que reaparece con cierta frecuencia en los antiguos clásicos chinos, tanto de historia como de filosofía. Ese es el de las gentes que vivían tan al sur de la China, que construían sus casas con las puertas al revés, es decir mirando hacia el norte.

Sylvia abre su best-seller Feng Shui en el Hemisferio Sur (Grijalbo 2006, 2009) con ese motivo recurrente, tal como aparece en el clásico filosófico Huainanzi (siglo 3 AC). Allí se explica que en las regiones más remotas al sur de la China, situadas más al sur de la línea del ecuador (la «ruta roja» como la llamaban los chinos) las gentes orientaban sus casas hacia el norte y no hacia el sur – como era, y sigue siendo, la norma en la arquitectura y el Feng Shui tradicionales chinos. Sylvia lo usa de punto de partida pues aquél motivo respalda de manera concluyente (se trata de un texto capital de la cosmovisión china) la necesidad de revertir la orientación de las casas hacia el norte en el Feng Shui adaptado a nuestro hemisferio. Si lo especifican los propios clásicos chinos…

Todo bien hasta allí. Pero ocurre que el mismo motivo reaparece en otro texto más o menos contemporáneo del Huainanzi y no menos capital: los famosos Anales Históricos de Sima Qian, el insigne primer historiador de China. Y el contexto en el cual aparece es una descripción que hace Sima Qian de los territorios que abarcaba el imperio de Qin Shi Huang, el Primer Emperador (el de los Guerreros de Terracota). Allí el historiador sostiene que hacia el sur su imperio llegaba hasta los territorios de «la gente que orientaba sus casas hacia el norte».

Mapa de la Dinastía Qin, 220 a 206 AC

Mapa de la Dinastía Qin

Ahora bien, China nunca ha llegado ni siquiera cerca del ecuador. Durante la dinastía Qin llegó a penetrar hasta la latitud de las actuales fronteras con Tailandia, Vietnam y Laos, es decir arañando el trópico de Cáncer, pero todavía muy distante del ecuador. De que hubiera traspasado este último hacia el sur ni hablar. Habría tenido Qin Shi Huang que haber ampliado sus dominios mar adentro incluso, hasta el archipiélago de la actual Indonesia. ¡No obstante, nos dice Sima Qian que en esas regiones subtropicales alrededor del trópico de cáncer las gentes ya orientaban sus casas hacia el norte y no el sur!

¿Qué estaba pasando allí?

Quienes han viajado a los trópicos saben que allí, contrariamente a lo que ocurre en latitudes más temperadas, desde el punto de vista del sol ya no es tan crítico orientarse hacia el norte o el sur para poder absorber su luz y calor en invierno y cobijarse de él en verano. El sol tiende a pasar por encima de las casas todo el año, sin escaparse nunca hacia los extremos sur y norte. Entonces allí deben entrar a primar otros factores a la hora de decidir la correcta orientación de las casas, sobre todo patrones recogidos de la observación de los ciclos ecológicos de la vida animal y vegetal (tal como nos instruye el fundamental anillo de los 节中气 Jiezhongqi del Luopan, que explicamos en detalle en nuestro libro La Cosecha Dorada. Feng Shui en la empresa y organización (Grijalbo 2008)), así como patrones dictados por la escuela de la forma: ríos, lagos, montes, vegetación, etc. Hasta ahí eso es lo que proponía yo, más otras cosas más intrincadas de explicar, hace diez años atrás.

Pero si, como dice Sima Qian, en esas regiones del imperio de Qin todas las gentes buscaban orientar sus casas hacia el norte y no el sur, haciendo caso omiso de los demás factores, quiere decir que ha de baer habido otro factor en juego, más allá de los nombrados recién.

Esta es mi hipótesis acerca del otro factor en juego:

Los cielos del hemisferio sur no estaban clasificados en astros ni constelaciones por la antigua astronomía china, porque no los podían observar. Eran un misterio, una vasta zona oscura e inquietante, lo desconocido. En esas condiciones, pienso yo, ante una cierta igualdad de los otros factores, ha de haber sido preferible orientarse hacia el cielo venerado ancestralmente: aquél presidido por la estrella polar y su corte celestial, bajo la tutela de 北斗 Beidou, el «cucharón del norte» en la Osa Mayor, que iba repartiendo los ciclos de la vida en todo el cosmos chino y que se encuentra presente, de manera tácita y transparente, en el centro de los compases Luopan hasta el día de hoy. En otras palabras el cielo hacia el norte.

Como los cielos del hemisferio sur no han sido nunca ordenados en constelaciones cíclicas a la manera china… como no tenemos nosotros una estrella polar ni nuestro propio Beidou (¡qué proyecto de investigación más hermoso que yace allí…! cartografiar nuestros cielos polares a la manera china…. Si alguien con las necesarias aptitudes y formación quisiera ayudar, yo sería materia dispuesta)… como desde el punto de vista de la cosmovisión cíclica china el cielo del hemisferio sur sigue sin ser cartografiado… entonces a los habitantes de las regiones tropicales, a igualdad de otros factores, les debiera seguir conviniendo, en vez de orientar simbólicamente sus casas hacia el sur como hacen en la China actual, orientarlas simbólicamente hacia el norte, tal como hacían en la antiguedad china en sus regiones subtropicales, y tal como hacemos nosotros en el hemisferio sur.

Esa opción por orientación simbólica hacia el norte en vez del sur llevaría implícito un privilegio del ordenamiento del «hemisferio sur» del compás luopan, lo que llevaría aparejado una prerrogativa de la correspondiente ordenación «hemisferio sur» de las ramas terrestres y de los signos animales Bazi en la rosa de los vientos que expliqué en mi posteo anterior… pues todo en el luopan es interdependiente.

A eso es lo que llamo una posible, o por lo menos plausible… ¿preeminencia del Hemisferio Sur para el Feng Shui de las regiones tropicales? en el título de este posteo. Incluyendo bajo «Feng Shui» luopan, ramas terrestres, signos bazi… etc… etc…

Y con esta sorprendente y sugerente idea, que se deriva de los propios clásicos chinos y por ello es digna de ser sopesada más a fondo, doy por respondida la segunda pregunta de mi consultante, a quién agradezco el estímulo de sus preguntas.

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